lunes, 18 de agosto de 2014

¿Estresado?

 Claves para dominar el estrés
Las largas jornadas, llamadas,  la constante conexión a redes sociales, la necesidad de estar siempre informados y todo el ritmo de vida al que nos hemos acostumbrado, desde que nos levantamos hasta que nos ponemos el pijama, nos mantiene en un constante estado de alerta y tensión. El estrés es uno de los responsables del cansancio, el mal humor y las represalias. 

"Es estrés es una situación de estado del organismo caracterizado por la tensión o falta de tranquilidad ante una posible amenaza o presión externa, bien sea real o imaginaria", explica Itziar Digón, psicóloga especializada en nutrición y buenos hábitos de vida.

Según los expertos, cierto grado de estrés es normal e incluso necesario, ya que ayuda a madurar y avanzar. El problema surge cuando la tensión propia del estrés desemboca en ansiedad. Es entonces cuando se convierte en un problema. La sociedad actual hace que estemos en constante estado de huida o lucha y no fomenta que dedique tiempo suficiente al descanso y a la regeneración.
Los síntomas del colapso

·      Mentales: tensión, irritabilidad, problemas de concentración, cansancio excesivo, problemas de sueño, preocupación, tristeza...
·       Físicos: boca seca, aumento de la frecuencia cardiaca, malestar estomacal, deseo frecuente de orinar, palmas de las manos sudorosas, dolor de espalda, tensión muscular que puede causar contracturas y dolor, mareos, problemas para respirar.
¿Se puede erradicar?
No podemos vivir sin estrés, pero existen algunas pautas y hábitos de vida que ayudan a controlarlo. Estas son algunas:

  • Incorporar actividades que renueven tanto física como psicológicamente; descanso, actividades de ocio, técnicas de relajación, deportes como andar o nadar.
  • Mantener una dieta saludable y evitar el abuso de cafeína y alcohol
  • Ponerse límites. Nadie es perfecto ni tiene por qué serlo. "Hay que aprender a distinguir entre lo que se puede hacer y lo que es imposible o no está a nuestro alcance".
  • Priorizar las actividades para gestionar el tiempo de forma más eficaz.
  • Ser permisivo con los sentimientos y aprender a decir no.
  • Equilibrar obligaciones y placeres.
  • Premiarse cuando se ha alcanzado un objetivo.
  • Verbalizar los sentimientos. La expresión oral es el principio de la cura de muchos problemas menores que, si permanecen ocultos, pueden hacerse cada vez más grandes...

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